El Regreso es un largometraje nacional escrito y dirigido por el cineasta costarricense Hernán Jiménez, quien también protagoniza la cinta interpretando a Arturo, un joven escritor que vuelve a Costa Rica después de ocho años de vivir en NuevaYork y se encuentra con un país que no conoce, del que tiene recuerdos muy diferentes de su infancia. Por un lado, su familia, más inestable que nunca. Su hermana divorciada, su sobrino no lo conoce y su padre, a quien le guarda mucho rencor por haberse alejado de él tras la muerte de su madre. Por otro lado, sus amigos, casi irreconocibles. Sofía, la niña con quien solía jugar en el jardín, es ya una mujer adulta con una personalidad muy dinámica y extrovertida; César, su mejor amigo, se convirtió en una especie de rockero-metal que toca en una banda en bares de no muy buena categoría. Todo esto se une en una Costa Rica en la que Antonio no nació, que con el paso de los años se transformó en algo que no le gusta.
La película muestra algunos aspectos desfavorables de nuestro país. La delincuencia es uno de ellos. La inseguridad que reina en las calles, el temor que nos produce caminar en las noches por algunos lugares con fama de peligrosos llevando objetos de valor como celulares o reproductores de música y ser asaltados e incluso agredidos físicamente por cosas tan insignificantes, exponiéndonos incluso a la muerte. Y no sólo eso, hasta en nuestras propias casas nos hemos encerrado y privado de las comodidades para protegernos; bien lo dice Arturo: “¿Por qué hay tantas rejas?”.
Refleja también los procesos burocráticos en los que en algún momento todos los ticos nos hemos visto envueltos. La ineficiencia de nuestro sistema hace que por un simple trámite debamos hacer largas filas durante horas o que nos envíen de un departamento a otro sin encontrar la ayuda que buscamos. Y esto se presenta en casi todas las instituciones públicas: hospitales, universidades, ministerios y otras dependencias del estado. Esto produce sin lugar a dudas un malestar en la población que debe, aunque no quiera, hacer uso de estos servicios tan esenciales como salud o educación.
No se puede negar que Costa Rica tiene muchas ventajas en comparación con otros países: cuenta con grandes bellezas naturales con diversidad de flora y fauna; no tiene ejército y presume de su paz a nivel mundial; habita gente amable y tranquila que lo llevó a ser denominado el país más feliz del mundo; y es todo esto lo que se presenta en las agencias de viajes y atrae a cientos de turistas extranjeros que disfrutan de pasar tiempo aquí. Pero quienes vivimos en este pequeño territorio sabemos que nos encontramos en un país subdesarrollado sin señales de que eso vaya a cambiar pronto; que hay más cosas detrás de lo bello que no son precisamente como lo quisiéramos vivir y que, al igual que Arturo, a veces no entendemos el por qué y sentimos tristeza al ver que no vamos hacia ningún lado.
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